domingo, 29 de noviembre de 2009

Los reticulocitos de Claudia

Claudia Pechstein, patinadora de velocidad alemana y varias veces medallista olímpica, ha sido sancionada a dos años de suspensión por doping sin que en ninguno de los múltiples análisis a los que ha sido sometida se haya hallado sustancia dopante alguna. Este hecho supone un precedente importante y un gran paso adelante en la lucha contra la lacra del doping, tan extendida en algunos deportes, entre ellos el esquí de fondo. La sentencia de los tribunales antidopaje se ha basado en los perfiles sanguíneos de la deportista durante los últimos Campeonatos del Mundo de patinaje, celebrados en Noruega en Febrero. Estos perfiles arrojaron una tasa anormalmente elevada, de manera transitoria durante los campeonatos, de reticulocitos en la sangre de la patinadora.

Los reticulocitos son las células precursoras de los glóbulos rojos (hematíes) encargados del transporte de oxígeno, una especie de hematíes inmaduros. Su tasa se incrementa cuando existe una demanda elevada y brusca de producción de hematíes, por ejemplo en un entrenamiento en altitud o tras una hemorragia severa. En estas situaciones el organismo necesita más hematíes, la médula ósea es solicitada para producirlos en cantidad y en esa fabricación apresurada, pasan al torrente circulatorio más células todavía no bien maduradas de lo normal: los reticulocitos que al cabo de unas horas se convertirán en hematíes. El mediador que estimula esa producción de hematíes en la médula ósea es una sustancia presente en nuestro organismo llamada eritropoyetina (EPO), ¿os suena?

La tasa de reticulocitos se convierte de esta forma en una muestra indirecta de la tasa de eritropoyetina. Hemos hablado hasta aquí de los mecanismos fisiológicos y naturales de producción de hematíes en nuestra médula ósea. Este proceso se produce permanentemente debido a que el promedio de vida de los hematíes es de unos 100 días, con lo cual hay que renovarlos y en este proceso es normal hallar cierta cantidad de reticulocitos en la sangre: no más del 2,5% de los glóbulos rojos pueden ser reticulocitos.

Pero ¿qué ocurre cuando un atleta se dopa tomando EPO? Da igual que sea de cerdo o sintética, de 1ª o de 3ª generación, detectable por los controles o indetectable, el efecto consistirá en la estimulación de la médula ósea para incrementar la producción de hematíes, acarreando un aumento paralelo de reticulocitos. Un aumento de estas células por encima de sus valores fisiológicos de entre 0,5% y 2,5%, delata por tanto, salvo en determinadas situaciones de enfermedad, la presencia de un exceso de eritropoyetina no fisiológico. Hay que aclarar en primer lugar que cualquiera de esas enfermedades tiene una repercusión sobre la salud del individuo que las harían incompatibles con la práctica deportiva de alto rendimiento.

Pero además, Claudia Pechstein fue sometida a un exhaustivo examen de salud hematológico, no hallándose, como era de esperar, alteración alguna. Sin embargo, su perfil de sangre arrojó los siguientes valores en el porcentaje de reticulocitos: 1,74% el 8 de Enero de 2009, 3,49% el 6 de Febrero de 2009 (durante la celebración de sus carreras) y de nuevo valores normales, 1,37% el 18 de Febrero (diez días después de que terminaran las pruebas). Por todo ello y ante la falta de consistencia científica de los argumentos esgrimidos por la deportista en su defensa, el tribunal ha considerado probado que tomó alguna sustancia estimulante de la producción de hematíes para ese campeonato.

La sentencia supone un precedente importante por dos motivos: Primero porque consigue demostrar por vía indirecta el uso de sustancias dopantes. Hasta ahora, la única aproximación de sospecha era la elevación del valor hematocrito (porcentaje de células en la sangre), mucho más inespecífico y modificable en situaciones transitorias como, por ejemplo, una deshidratación severa (los deportistas se amparan en ello para eludir el castigo), que permiten apartar al deportista de la competición por “motivos de salud” sin sancionarlo. Y segundo, ratifica la validez y eficacia del control de perfiles sanguíneos en deportistas, tan contestados desde ciertos sectores (algunos interesados y otros desinformados).

Los protocolos de dopaje cada vez más sofisticados utilizan nuevas sustancias y nuevas pautas de administración que hacen muy difícil su detección. El deportista honesto no debería de tener miedo al desarrollo y aplicación de normas científicamente sustentadas y fiables que permitan quitar de en medio a los tramposos.

Si queréis profundizar más en esta información, podéis hacerlo a través de esta carta abierta a la FIS de Marty Hall en la que, además de tocar el tema de este post y proporcionar varios enlaces para ampliarlo, pregunta: ¿Por qué la FIS no hizo controles antidoping en la primera prueba de la Copa del Mundo en Beitostoelen? Pregunta que está en boca de todos, sobre todo después de las noticias que han ido llegando desde Rusia últimamente. Marty Hall es un prestigioso entrenador canadiense retirado (fue técnico del equipo de Canadá y antes de los EEUU cuando Bill Koch ganó la plata olímpica en el 74) autor del libro “One Stride Ahead” sobre técnica y entrenamiento en esquí clásico (el skating no se había inventado todavía) y un hombre polémico y comprometido desde hace años en la lucha contra el dopaje.

2 comentarios:

  1. Un saludo a los autores del blog. Os pregunto una cosa:
    ¿Podría ocurrir que aumentase el porcentaje de reticulocitos porque el cerebro así lo exige ante la situación de rendimiento máximo?
    En mi caso, que fui nadador de niño y no me dopaba, rendía mucho menos en los entrenamientos que en las competiciones. Llegaba a bajar varios segundos mi crono, y eso que competía con las mismas personas con las que entrenaba. De hecho, todos bajábamos tiempos.
    Quiero decir que ante la tensión y exigencia de una competición, la atleta aumentase su porcentaje de reticulocitos de forma natural.

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  2. Hola Antonio, aunque médico, no soy fisiólogo ni médico deportivo, pero trataré de responder a tu pregunta:
    El mediador fundamental (aunque no el único) a través del cual nuestra mente (esas ganas de vencer, de hacerlo bien, esa motivación) actúa sobre las funciones orgánicas en estos casos es la adrenalina, la hormona de la acción y de la alerta, tan importante para nuestra supervivencia en algunos momentos críticos. Sus efectos, como la aceleración del pulso, la movilización de las reservas de glucógeno para aumentar el azúcar en sangre o la elevación de la tensión arterial, ayudan a optimizar nuestro rendimiento. Pero además, la adrenalina aumenta la producción de eritropoyetina, mediadora, como decíamos en el artículo, de la producción de hematíes y, por tanto, de reticulocitos. Supongo que tu pregunta va por ahí, ¿podría ocurrir que la elevación de adrenalina propia de la competición elevase la producción de eritropoyetina, justificando las cifras arrojadas por Claudia? ¿hay algún vínculo que conecte la alerta psicológica de la competición con la producción de reticulocitos?
    La liberación de reticulocitos al torrente sanguíneo es un proceso lento, precedido de la formación de células precursoras en la médula ósea que requiere su tiempo, no es un mecanismo de respuesta inmediata como los mencionados con respecto a la adrenalina. Además, esto podría justificar, en todo caso, incrementos dentro del rango fisiológico de valores, en el caso de Claudia Pechstein es seguro que (así lo consideraron los encargados de juzgar el caso) para obtener esas tasas tan altas de reticulocitos, el origen de la eritropoyetina tuvo que ser exógeno.
    Un saludo.

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